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jueves, 29 de noviembre de 2012

El valor de la formación en la mejora de la competitividad empresarial.


Los recursos invertidos en formación no son un gasto, sino una inversión en capital humano para las personas y las empresas.

Dicho así no deja de ser una afirmación, más o menos abstracta. En Sección 9 Formación nuestro propósito en este artículo es tratar de trasladar la generalización al terreno de lo concreto.

Imaginemos varias situaciones cotidianas en la vida de un trabajador:

    Antes de iniciar su jornada laboral, ha solicitado un permiso para realizar unas gestiones: consulta de unos movimientos bancarios y solicitud de Vida Laboral en la Administración de la Seguridad Social. Desplazamientos, colas, falta de documentación… el resultado es que el trabajador ha perdido un tiempo en realizar una gestiones que podría haber realizado a través de Internet.
    El trabajador llega a su trabajo y no le funciona la cuenta de correo. Ha de solicitar la ayuda de un compañero, cuando un curso del programa a través del que administra las cuentas de correo le habría permitido solucionar la incidencia por sí mismo.
    Al final de la mañana se percata de que algunas de las tareas que debía realizar no las podrá llevar a cabo. No ha gestionado el tiempo de modo correcto y tiene una cita que atender con un ingeniero que le va a exponer la viabilidad de invertir en una maquinaria nueva, para lo que se ha de desplazar a la fábrica.
    Esa tarde tiene que atender a un cliente británico y va a necesitar la ayuda de un traductor, pues no sabe defenderse en otro idioma que no sea el suyo.
    Al final de la jornada visita a su  gestor para llevarle la documentación con la que le preparará la declaración del I.R.P.F., lo cual podría haber solucionado fácilmente con las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías.

Con una formación adecuada,  estas tareas  simples se podrían haber gestionado de modo más eficiente, lo que habría repercutido en un ahorro de tiempo y  de costes para el  trabajador y  la empresa, así como una mejora de la calidad en los resultados. No decimos con ello que el trabajador deba dominar todas las competencias profesionales, sino  la suma de las transversales unidas a las de su propio ámbito con lo que acrecentará en gran medida la competitividad de la empresa.

Actualmente, las empresas tratan de poner en marcha nuevas filosofías de trabajo, con nuevos entornos de gestión del conocimiento, de desarrollo de los recursos humanos, de innovación y colaboración basados en entornos 2.0.  Para ello necesitan trabajadores preparados que puedan asumir estas tareas, conocedores de las nuevas tecnologías y que puedan hacer que éstas funcionen.

Como profesionales, es necesario que conozcamos las nuevas metodologías, técnicas de trabajo que nos van a ayudar en nuestra promoción y carrera personal, contribuyendo al aumento de la competitividad y, por ende, al éxito de nuestra empresa.

En un futuro próximo los mercados de trabajo y las profesiones emergentes no tendrán nada que ver con las que hemos conocido hasta la actualidad. Invertir en Formación será una apuesta tan necesaria como inevitable para no quedar fuera de ese mercado.

¿Ya habéis hecho algun curso online? ¿Qué tal la experiencia?

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