Dirigir empresas es el sueño de muchos. Las motivaciones son de diversa procedencia pero lo que es común a todos es que si se quiere ser el mejor hay que formarse para ello. La formación para ser un buen directivo es lo que convertirá tu currículum en único y hará que destaque por encima del resto. Además de la carrera universitaria como ADE o Empresariales, es importante que completes tus estudios con un master o un postgrado que te ayude a definir aquellos ámbitos que quieres dominar. Obviamente si lo que quieres es potenciar aspectos concretos, los cursos de formación son la solución perfecta para ti.
Además de esto también deberás potenciar las habilidades directivas que todo buen director debe tener y dominar. Que no cunda el pánico porque todas ellas se pueden entrenar y mejorar. Los directores han de ser buenos comunicadores. Es básico que dominar la técnica, tanto para relacionarte con los socios que están por encima (o al mismo nivel) que ellos como para hacerte entender y dejar claras las directrices a seguir entre el personal a tu cargo.
Todo gran directivo es un líder. Si tienes personas a las que dirigir es mucho más fácil si reúnes las características propias del liderazgo de empresas. Tener carisma, inteligencia emocional y actuar en situaciones delicadas o con incertidumbre son únicamente tres de las propiedades que debes reunir si quieres convertirte en un gran líder.
También es conveniente que sigas las directrices de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Esto son, acciones que realizan las empresas con el objetivo de mejorar el medioambiente, usando energías renovables o reciclando. Pero también hablamos de RSE cuando se potencia la flexibilidad laboral para favorecer la conciliación laboral y familiar. Sin duda, la RSE es la asignatura pendiente de los directivos del futuro.
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